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Pollo en salsa de ajillo

Si hay un plato que nos recuerda a nuestra infancia, sin duda, es este. El pollo en salsa de ajillo era una de las comidas que no podían faltar en casa muchos domingos, y hoy ya entendemos por qué. Una receta que a penas da trabajo debido a su gran sencillez y que, además, está riquísima y es saludable.

Hoy te enseñamos a hacerla, para que tú también puedas preparar esta deliciosa comida sin tener que complicarte la vida.

Elaboración de pollo en salsa de ajillo

Si quieres disfrutar del mejor pollo en salsa de ajillo, lo mejor es que empecemos cuanto antes. ¡Allá vamos!

  1. Lo primero que haremos será poner en una cazuela o sartén el aceite. Cuando se caliente, echamos los ajos enteros con piel. Esperamos a que se doren y reservamos a un lado.
  2. Vamos a preparar el pollo: salpimentamos bien y lo freímos con el mismo aceite con el que hemos dorado los ajitos. Cuando esté doradito, reservamos.
  3. Seguimos utilizando el mismo aceite. Ahora es el turno de la cebollita. La trituramos y le añadimos un chorrito de coñac, dejamos que se evapore el alcohol y echamos el caldo de ave, junto con los ajos y el pollo que teníamos reservados.
  4. Por último, cocinamos lentamente hasta que la salsa espese y el pollo esté tierno.
  5. Cuando el pollo esté en nuestro punto favorito, lo sacamos y, ¡listo! ya tenemos nuestra comida preparada.

Como has visto, en tan solo cinco sencillos pasos tendremos una comida lista para disfrutar tranquilamente en familia. Esperamos que este pollo en salsa de ajillo os guste tanto como a nosotros, ya que es uno de nuestros platos favoritos.

Esta receta es una muestra de que, a veces, lo más sencillo, es lo mejor. Y si queréis preparar un primer plato porque creéis que os quedaréis con hambre, no dudéis en visitar nuestro recetario o el de Valle de las Monjas. Además, ¡seguro que encontráis un postre que os guste para poner el broche perfecto a esta maravillosa comida!

¡Buen provecho!