Carne cruda, ¿hasta que punto es saludable su consumo?

Carne cruda, ¿hasta que punto es saludable su consumo?

Steak tartar o carpaccio son algunas de las elaboraciones cuyo ingrediente principal es la carne cruda. Cada día, esta serie de platos acaparan más protagonismo entre los comensales. El inusual sabor y el contraste de texturas que regalan, junto a la idea de que son la opción más saludable de consumir carne, hacen que sean más los paladares que no pueden resistirse a ellos. Del mismo modo, la práctica de comer carne poco hecha, alcanza más adeptos. Para muchos consumidores de carne, las piezas más cocinadas resultan secas e insípidas frente a la jugosidad y color rosado que presentan las carnes crudas. Un auténtico manjar para ellos.

Bien es cierto que la carne magra está considera como uno de los alimentos más nutritivos dentro de su grupo alimenticio. Pero cuando hablamos del modo de consumir este producto, surgen las dudas. La carne cruda contiene todas sus proteínas intactas. Además, las concentraciones de hierro, calcio, zinc y potasio se preservan intactas en el estado crudo, sin olvidar el gran abanico de vitaminas que contiene la carne (B1, B2 B3, B6, B12, A y E). Sin embargo, ¿es sano comer carne cruda o poco hecha? La respuesta es no. Lo cierto es que esta alternativa no es del todo saludable e, incluso, puede ser más peligrosa dependiendo del tipo de carne que consumamos.

¿Cuáles son los riesgos de comer carne cruda?

Las carnes crudas o poco cocinadas son la principal fuente de intoxicaciones alimentarias, dada la presencia de parásitos, bacterias o toxinas, tales como Salmonella, Listeria, E.colí, Yersinia o Toxoplasma, entre otros. Incluso, estos agentes se reproducen con rapidez cuando la carne está a temperatura ambiente. Por lo que, lo recomendable es que conserves la carne a una temperatura inferior a los 5ºC. Del mismo modo, a la hora de cocinarla, lo ideal es que sometas la carne a una temperatura superior a los 75 grados. Solo de este modo, lograrás hacer desaparecer todos los agentes patógenos.

La picada y la de pollo: las carnes más peligrosas

Ahora bien, ¿tienen todas las carnes crudas el mismo grado de peligrosidad?, ¿es mejor picada o entera? En primer lugar, debes saber que consumir cualquier tipo de carne cruda picada encierra un mayor riesgo para nuestra salud frente a comer un filete o un trozo de carne cruda entero. La carne picada es una fuente de intoxicación por E. coli, que se transmite a la superficie de la pieza cuando la pasamos por la picadora. Esta premisa se aplica también para la carne de cerdo, pollo o pescado.

Y hablando de tipos de carnes, la de pollo se coloca en los primeros puestos. Se trata de un tipo de carne más porosa, lo que facilita la entrada de gérmenes en su interior. Así, la bacteria campilobacter – una de las que más casos de intoxicación provoca en Europa – es la que más prevalece en esta carne, seguida de otras como la Salmonella o E. que también se pueden encontrar en el pollo.

Con todo ello, no debes condenar a la carne de pollo ni dejar de consumir cualquier otro tipo de carne de forma picada. ¿Acaso podemos resistirnos a unas alitas de pollo o a una jugosa hamburguesa de ternera? La clave está en prestar atención a tres factores: la calidad de los productos, su conservación y el modo de cocinarlos.

Congelar la carne cruda no sirve para todo

Si hablamos del modo de conservar los alimentos, algunas personas creen que el hecho de congelar la carne elimina todas las bacterias que esta puede contener. Error. Esto sí ocurre con el anisakis, pero no con el resto de bacterias, capaces de resistir a muy bajas temperaturas. Del mismo modo, es importante que descongeles bien la carne antes de ponerla al fuego. De este modo, podrás cocinarla de manera uniforme, evitando que algunas partes queden crudas, y así reducir el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria.

Por tanto, existen varias formas de minimizar el peligro de sufrir una intoxicación al consumir carne cruda. Es necesario que prestes atención al modo de cocinado de la carne, a la temperatura de conservación y, por supuesto, a la calidad del producto a consumir.

Y ahora que ya sabes cómo minimizar los riesgos de enfermedad por comer alimentos de animales crudos, no pierdas de vista nuestros consejos. Si te ha gustado este post, seguro que te interesará saber cuánta carne roja puedes comer a la semana.