Nos encanta disfrutar del sabor del embutido: jamón serrano, salchichón, lomo…se trata de productos que nuestro paladar agradece cuando elegimos, pero cuyo sabor quizá estemos menoscabando por algo tan trivial como puede ser la manera de conservarlos.
Actualmente, aunque nos encontremos en pleno invierno y los efectos de las temperaturas no son tan determinantes en la conservación del embutido, también ahora (y especialmente en verano) es importante poner atención en este aspecto.
Son varias las cuestiones que responder al respecto: ¿Debo guardar el embutido en el frigorífico?¿Si lo protejo, lo hago con film transparente, con papel albal, envasándolo al vacío…?¿Es posible hacer que conserve todo su sabor original? Tranquilos, nosotros ayudamos a contestarlas para que vuestros productos de La Abuela Marga sigan manteniendo su calidad.
Cómo conservar el embutido
Embutidos en caña. Se trata de una de esas pequeñas alegrías que de vez en cuando nos regalamos: estrenar, por ejemplo, una caña de lomo y degustar la primera rodaja, cortada exactamente atendiendo a nuestro gusto…sin duda, todo un placer. Sin embargo, tras ese momento de felicidad hemos de plantearnos cómo volver a guardar la pieza si queremos que la próxima experiencia sea tan gratificante como lo ha sido esta.
Lo primero que hay que sopesar es qué cantidad de la pieza vamos a consumir en ese instante (aunque la comprensible gula pueda perturbar el cálculo), pues solo de ese modo podremos desprender del producto única y exclusivamente la parte de piel necesaria, teniendo en cuenta que esta ayuda la conservación de su sabor y propiedades. Una vez hecho esto, podemos mantener el resto tapando con papel (de cartón o reciclado debido a su menor adherencia) la parte ya abierta, o bien colgarlo con extremo ya estrenado boca abajo.
Jamón y paleta. Para la correcta conservación de este tipo de productos es necesario que las piezas respiren, es decir, que estén en contacto con el aire, para lo cual el uso de un jamonero es ineludible. Cuando hayas inaugurado la pieza, es recomendable guardar la grasa y corteza de la primera loncha al ser esta la tapa perfecta que protegerá la parte que se encuentra descubierta del aire y la oxidación.
Loncheados. Si optas por la compra de lonchas, la manera ideal de guardarlas es superponiendo unas a otras hasta formar una torre que envolver con el papel mencionado, y conservar en el frigorífico; a la hora de degustarlas, deberás dejarlas a temperatura ambiente unos minutos antes para que esta se adapte: ¡Notarás la diferencia!
Si quieres poner en marcha estos consejos y saborear el mejor embutido, te invitamos a conocer los productos que La Abuela Marga ha elaborado para ti.