Los productos cárnicos parecen haberse adaptado de manera inmejorable a las nuevas tendencias y gustos de los consumidores, que se enfrentan a una oferta cada vez más amplia de productos a la hora de hacer la compra o definir su alimentación: según un estudio de la compañía Nielsen Holdings plc encargada de proporcionar datos referentes al consumo, las ventas de carne en España aumentaron en un 3,9% en 2017 con respecto al año anterior hasta llegar a alcanzar una facturación del 14.000 millones de euros.
Para hacernos una idea de lo que estas cifras suponen, podemos decir que el 20% del beneficio que el mercado de gran consumo general obtuvo en el pasado año se corresponde con productos cárnicos, siendo la carne el producto fresco que más réditos reportó al sector, dato que puede deberse n buena medida a una relación de precios en sintonía con el bolsillo del consumidor, que ha visto que otros productos como el pescado se han encarecido.
La predilección del consumidor actual por productos cárnicos responden a una doble vertiente en cuanto a sus gustos: por una lado, busca en ellos el placer gastronómico, valorando tanto el embutido como la carne que cocinará a la plancha, al horno, etc.; por otro, y sin menoscabo del anterior, requiere de alimentos que sean de fácil preparación y que le ayuden ajustar su dieta a ocasiones en las que no pueda dedicar mucho tiempo a los fogones como puedan ser los nuggets, croquetas, flamenquines, etc.
De igual modo, otros productos cárnicos como puedan ser la carne y fiambre y de pollo o pavo han sabido adaptarse a la dieta de un gran porcentaje de la sociedad que opta por productos bajos en grasa y calorías.
Se trata, sin duda, de buenas noticias que reflejan la buena salud del sector, y que nos animan a seguir ofreciendo la mayor calidad al consumidor.